Hay caleidoscopios en los ojos de él. En los de ella, la exquisitez del viento en una noche templada junto al mar, cuando la tierra desprende calor en la oscuridad y los aromas nos anclan en el presente.
La luz salta en los de él a través de espejos creados a propósito para ello: Le gustan las variaciones, los juegos de luces y sombras, los colores, el cambio, lo nuevo y lo viejo... Todo lo digno de ser vivido y multiplicado hasta el infinito en su intensa capacidad de crear. Cuando está ahí sorprende con un abrazo sin tacto, con un beso sin cosquillas, con una presencia anhelada que te encuentras enfrente, alrededor, por todos lados. Es capaz de amplificar y apagarse en una huída divertida, jugando al gato y el ratón, sentado mientras filosofa sobre el amor y la vida.
Lo de ella son las respuestas: Tal vez no lo aparente pues hace muchas preguntas. Pero para todas ya tiene una preparada en esa silenciosa oscuridad que da forma a la forma de las cosas. Porque en ese silencio de sus ojos hay música: La escuchas cuando miras atentamente sus labios al moverse relatando con sencillez alguna historia, o cuando su voz se manifiesta poderosa y entona con todos sus registros notas que no habías escuchado antes, palabras en lenguajes desconocidos que el alma puede comprender. Se vale de los sentidos físicos para ir de la dimensión del tiempo a la del sonido y acercarnos al amor. Algunas veces casi lo tocas, ella lo pone delante de ti como si de un banquete se tratase: Sólo hay que ir más allá del tiempo y el espacio, estirarlos, estirar la mano para traspasar la rejilla y encontrarse en el mundo del amor que está al otro lado.
Cuando lo haces, cuando te atreves, las luces y las sombras de los ojos de él cobran sentido: Ya no hay más que luz, armonías de color y sonido se funden en medio de las tinieblas y las saltan en rayos cósmicos, desafiando cualquier concepto de esta dimensión. Se siente vértigo en medio de ese impacto y placer. El alma se llena de gozo.
No existe la pregunta “¿dónde estoy?” porque no hay respuesta posible, ya que las preguntas sólo pueden formularse cuando tienen contestación.
Ser invitado a esta experiencia es un privilegio que ellos nos ofrecen. Si tenéis oportunidad, no dudéis en estirar la mano y traspasad la dimensión del tiempo. Disfrutad del banquete del amor.
22 octubre 2007
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1 comentario:
¡Qué pasada!
Esto se merece una canción.
¡GRACIAS!
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